En junio de 2000, cuando la Catedral de Santa María puso en macha un novedoso sistema de visitas en las que, ataviados con un casco, los visitantes podían recorrer un templo en obras, nadie pensó que aquel eslogan iba a convertirse con el paso de los años en un referente con gran repercusión social.
"Abierto por obras" nació fruto del interés y la curiosidad de la gente por compartir espacio con arqueólogos que trataban de desentrañar el origen de una ciudad, restauradores que devolvían su belleza a un pórtico escondido o técnicos que se esforzaban en consolidar unos pilares deformados por el peso y el paso del tiempo. Esa restauración abierta era, y sigue siendo aún hoy, toda una declaración de intenciones de un proyecto que es conocido por la ciudadanía en directo, día a día.
Y esa filosofía de trabajo ha ido calando no sólo entre los más cercanos, sino que se ha difundido y aprovechado en otros proyectos en distintos lugares de España. En todos ellos se comparte la visión del patrimonio cultural como motor de cohesión social y desarrollo económico que viene manteniendo desde siempre la Fundación Catedral Santa María.
Esta perspectiva, en la que la Fundación fue pionera en España, es común ya en las cartas de recomendaciones sobre el patrimonio cultural y se va asumiendo cada vez en más proyectos y en las propias directrices, recomendaciones y legislaciones sectoriales europeas.