Tras la restauración la estructura de madera combina las piezas antiguas todavía en buen estado con nuevas piezas de mayor resistencia elaboradas con madera de roble.
Se han realizado consolidaciones y refuerzos de las partes altas de los muros de cierre, realizadas con mampostería y cantería de piedra, y los nuevos tejados realizados con una combinación de tejas nuevas -las inferiores o canales- con tejas viejas -las superiores o cobijas-, que son las visibles y conservan el aspecto histórico del monumento.
Para la colocación de este tejado se ha preparado un tablero de tres capas, con un aislamiento ecológico intermedio que mejora la protección higrotérmica de las bóvedas al atemperar los saltos térmicos que padecen y que son responsables en buena medida de su progresivo deterioro.
La obra se completa con dos piezas de remate diferentes: la primera, situada sobre la torre de escalera de la esquina noroeste, consiste en la colocación de una nueva cobertura de plomo que mejora el comportamiento y la conservación de esta cubierta; y la segunda, sobre el vértice central del crucero, una pequeña linterna para la iluminación natural del interior del espacio sobre las bóvedas, facilitando tanto su visita como el mantenimiento del tejado.