11/09/2008
Vitoria-Gasteiz, 11 de septiembre
de 2008.- El escritor e historiador José Luis Corral
atribuyó hoy el auge de la novela histórica al “interés y el deseo de
la gente por conocer la historia a través de la literatura”. Corral,
que esta tarde pronunciará una conferencia en la Catedral de Santa
María, aseguró además que el lector quiere aproximarse al hecho
histórico sin que éste hay sido “manipulado o tergiversado”.
José Luis Corral
inaugurará esta tarde una nueva temporada del ciclo
“Encuentros con la Catedral” organizado por la Fundación Catedral Santa
María. La conferencia titulada “La Edad Media imaginada. Las catedrales
góticas en la novela histórica”, dará comienzo a las 20 horas en el
pórtico con entrada libre hasta completar aforo. El escritor e
historiador aragonés abre, de este modo, un ciclo que el templo
vitoriano quiere dedicar precisamente a la novela histórica.
Presentado por su colega y amiga Toti Martínez de Lezea, Corral se
mostró “afortunado por poder sumar hoy tres privilegios; estar en
Vitoria, estar en la Catedral de Santa María entre amigos, y poder
contar a la gente historias de catedrales góticas”. Dos años después de
su primera visita al templo vitoriano, calificó de “proyecto
revolucionario en gestión del patrimonio” el programa de visitas
guiadas porque “permite a la gente ver las obras más allá de las
vallas” y comprobar “qué se hace con el dinero de todos”.
Corral, que además de escritor es profesor de Historia Medieval y
director del Taller de Historia en la Universidad de Zaragoza,
explicará esta tarde qué llevó a los hombres a construir catedrales
góticas en la segunda mitad del siglo XII; cómo los intelectuales
aprovecharon su formación para incidir en la comprensión del mundo a
través de los edificios; y cómo los historiadores y novelistas explican
a la gente qué es una catedral a través de la novela.
Preguntado acerca del auge que la novela histórica ha experimentado en
los últimos años en nuestro país, con multitud de libros en los
primeros puestos de ventas, Corral atribuyó a muchos historiadores el
error de “haber dado la espalda durante mucho tiempo a escribir bien”.
A su juicio, “algunos sí se han preocupado, pero lo han hecho de forma
sesgada y manipulada; tergiversando y equivocando a propósito al
lector”. Por este motivo, añadió, la gente quiere conocer la historia a
través de la literatura pero sin ser manipulado.