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Notas de Prensa

08/06/2010

La Catedral de Santa María levanta dos bóvedas del interior del crucero para devolver la curvatura a sus arcos, la operación más delicada del proyecto

2010/06/08 Se pretende corregir un problema muy antiguo ya abordado en la restauración de los años 60

Vitoria-Gasteiz, 8 de junio de 2010.- La Catedral de Santa María va a afrontar durante las próximas semanas una delicada operación para reparar y levantar los arcos excesivamente deformados de las dos bóvedas situadas en el brazo sur de la nave transversal (crucero). Esta actuación, que ha de ejecutarse con suma precisión, se prolongará por espacio de un mes y obligará a modificar los recorridos de las visitas guiadas al templo.

Tras la reciente restauración de la Capilla del Santo Cristo, los trabajos en la torre que permiten ver ya desde muchos puntos de la ciudad el cuerpo de campanas o los avances en la zona capitular se inicia ahora, dentro de la consolidación de las zonas inestables de la cabecera, una de las intervenciones más complicadas del proyecto, que además va a modificar sustancialmente el aspecto interior de la catedral.
A partir de mañana se va a proceder a levantar tres arcos correspondientes a las bóvedas del crucero sur que confluyen en el contrafuerte de la portada de Santa Ana del siglo XV. A lo largo de los años han perdido su curvatura original y se encuentran excesivamente deformados, por lo que no pueden asumir más movimientos, si bien en la actualidad están protegidas por una estructura metálica que evitaría la posible caída de cascotes. La operación es compleja y delicada, pero absolutamente necesaria para dotar de nuevo a esta parte de la estructura de la catedral de una capacidad de deformación que no implique el colapso de las bóvedas en los próximos años.

Antecedentes del problema
Problemas derivados de la apertura de la Capilla de los Reyes en el Siglo XVI y un insuficiente contrafuerte exterior provocaron las primeras deformaciones importantes en esta zona. Ya en el siglo XIX, el arquitecto Saracibar tuvo que intervenir reforzando el contrafuerte en el que confluyen los tres arcos. Esta operación implicó el cierre de  la portada de Santa Ana.
En la restauración llevada a cabo en los años 60 se detectaron nuevas grietas en estos arcos y se trataron según las técnicas conocidas en aquel momento. Se colocaron una especie de llaves o grapas metálicas sobre las fisuras aparecidas, y se solucionó el problema de forma temporal. Sin embargo, la tendencia natural de un arco es buscar nuevos puntos por los que abrirse, algo que ha sucedido con el paso del tiempo.
En 1991, se desprendió parte de una de las bóvedas del transepto sur por una de las grietas, justo encima de la portada de Santa Ana por el interior. A partir de entonces la zona se protegió con un sistema de andamios y se monitorizó para controlar los posibles movimientos. Afortunadamente, desde ese momento no ha habido ningún incidente, aunque los controles de monitorización han mostrado la inestabilidad de la zona y que las grietas se han seguido produciendo.

¿Qué se va a hacer?
La actuación que se inicia mañana pretende, precisamente, solventar este problema. Aunque se lleva meses trabajando consolidando toda la zona, la operación que ahora da comienzo es el colofón. Sobre la estructura actual que sujeta las dos bóvedas, y empleando unos gatos hidráulicos, se empezará a empujar lentamente hacia arriba. Dependiendo del arco y de su estado, éstos se levantarán entre 4 y 40 centímetros.
Durante la maniobra lo importante es controlar el comportamiento de reajuste de los arcos y el plemento. A la vez que los gatos elevan las bóvedas un equipo de operarios irá acuñando las dovelas (piedras que forman el arco) para evitar que se muevan. En la operación se van a utilizar 18 gatos hidráulicos. Cada uno de ellos soporta hasta 5 toneladas. Cada arco pesa un máximo de 10 toneladas y cada clave (pieza superior en la que confluyen los arcos) entre 1 y 2.
Serán necesarios entre 2 y 3 días en mover los arcos, una semana para la consolidación y en un mes aproximadamente se empezará a desmontar toda la estructura metálica que ocupa esta parte de la nave.

Cambio en las visitas
Esta actuación obligará a modificar el recorrido de las visitas guiadas al templo a partir de mañana. Para no incomodar al equipo de trabajo y por extremar las medidas de seguridad con las que siempre se trabaja en la Catedral, se suprimirá la salida al paso de ronda que finaliza justo en el lado sur del transepto. A cambio, los visitantes podrán seguir el desarrollo de los trabajos desde el triforio, que durante este mes dejará de contemplarse sólo miércoles y sábados para incorporarse al recorrido diario.