La restauración del espacio interior del pórtico entre los años 2001 y 2007 ha permitido recuperar en parte la belleza de sus revestimientos polícromos y, en todo caso, conocer con gran precisión la historia de su desarrollo, llena de repintes, superposiciones, repicados, etc. Esta restauración se ha acompañado por la de las fábricas exteriores, con la consolidación de sus pilares y muros mediante inyecciones de lechadas de cal hidráulica natural y la limpieza, rejunteo y demás labores de restauración de sus materiales.
Además, se han reabierto los tres vanos que lo comunican con la calle de Fray Zacarías Martínez, que se encontraban cegados con muros de mampostería desde la reforma decimonónica de esta calle que modificó su rasante dejando el pórtico inaccesible desde ese lado. La propuesta del proyecto es que tras esa reapertura se recupere parcialmente la rasante histórica correspondiente al momento de la construcción del pórtico y se le devuelva a éste ese acceso. Entretanto, y para evitar los problemas de exceso de frío y corrientes de aire que la apertura de los vanos provocaría, éstos se han cerrado con una serie de mamparas de vidrio que permiten la contemplación de las portadas de la Catedral desde la calle y con una magnífica iluminación.