Aunque se trata de un edificio histórico comenzado a construir en el siglo XIII, en la Catedral de Santa María se ha trabajado mucho para tratar de hacer accesible al público la mayor parte del monumento. A través de diversos ascensores las personas con diversidad funcional pueden realizar la mayor parte de los recorridos guiados. Pueden descender a las criptas y al foso de la ciudad, recorrer la nave y el pórtico y ascender a la torre, la atalaya de la ciudad.