23/11/06 El problema estaba motivado por filtraciones de agua procedentes de las cubiertas y no controladas durante siglos.
En la
ejecución de las tareas de consolidación de las
bóvedas del pórtico de la Catedral de Santa
María se detectó un problema en el nervio
diagonal de la bóveda correspondiente a la portada central.
Dicho problema está originado por las filtraciones de agua
procedente de las cubiertas no controladas durante siglos. Esta agua
contiene sales solubles que son absorbidas por la piedra.
Cuando esa agua se evapora se produce un aumento de volumen que va
deshaciendo la piedra. Este proceso actúa de manera lenta
pero continua hasta hacer desaparecer literalmente la piedra.
Las bóvedas de crucería góticas del
pórtico se levantaron con grandes arcos estructurales de
piedra que actuaban como encofrado para la plementería o
relleno que se colocaba entre ellas. Parte de estos arcos principales
son los nervios ojivos que recorren diagonalmente el espacio a cubrir,
los que cumplen una función estructural principal.
Con el fin de evitar una posible ruina de la bóveda que se
hubiera producido a medio plazo se decide realizar la compleja labor de
sustitución del nervio.
La complejidad técnica de esta operación consiste
en la preparación y puesta en carga de un apeo, o
prótesis, que simule el trabajo estructural que
debería cumplir el nervio dañado y
cumplirá el sustituto.
De esta forma, se podrá descargar la parte del nervio
deteriorado para lo que la prótesis empujará la
bóveda para abrirla y permitir que las dovelas queden
sueltas.
Una vez descargado el nervio se retiran las dovelas deterioradas y son
sustituidas por otras nuevas de piedra natural de
características similares a las originales.
El trabajo se hace aún más complejo debido al
escaso espacio existente y por la presencia en la parte central del
nervio deteriorado de una clave de bóveda labrada, que es
preciso conservar en parte (la correspondiente a la labra) para
recolocar al final de los trabajos.
Una vez se sustituyeron las cinco dovelas hay que poner en carga
nuevamente el nervio, descargando progresivamente la
prótesis.
Por último una vez comprobado el correcto funcionamiento de
la parte del nervio sustituido se procederá al desmontaje de
la prótesis y toda la compleja estructura de andamio precisa
para llevar a cabo la operación.