17/12/2008
Vitoria-Gasteiz, 17 de diciembre de 2008.- La
Fundación Catedral Santa María abrirá el próximo sábado al público la
sacristía principal del templo, un espacio que acaba de ser restaurado
y que permitirá contemplar su aspecto cromático barroco original. Las
vistas, con cita previa, serán gratuitas y se prolongarán hasta el
próximo 5 de enero. Se podrá admirar también un belén neoclásico recién
restaurado.
Tras cerca de un año de trabajo, la sacristía de la Catedral de Santa
María ha recuperado su aspecto barroco. Este espacio ha sufrido una
profunda restauración para solucionar los problemas de conservación y
la acumulación de capas de pintura existentes, y luce ahora una imagen
que se aproxima a su aspecto cromático original.
La apertura al público de este espacio coincidiendo con la Navidad
permitirá contemplar un belén que también ha sido recuperado. Se trata
de un nacimiento de estilo neoclásico e influencia napolitana, un
conjunto completo compuesto por la figura de la Virgen María con el
Niño, San José, tres pastores y tres animales. Obra de San Esteban de
Ágreda y fechado en 1780, se trata de un delicado conjunto de formas
contenidas y depuradas, pero lleno de un devoto conservadurismo apegado
al peso de la tradición barroca.
Las visitas guiadas se prolongarán entre el 20 de diciembre y el 5 de
enero. Serán gratuitas, si bien es necesario reservar cita previa en el
Centro de Recepción de visitantes de la Catedral (Plaza de las
Brullerías) o en el teléfono 945 255 135.
Sacristía
principal de la Catedral
Aunque hay referencias de un edificio anterior datado en el siglo XVI,
la sacristía principal de la Catedral de Santa María se construyó en su
mayor parte entre 1734 y 1736 cuando aún era iglesia colegial. De
planta rectangular con los ángulos achaflanados y cubierta con una
bóveda elíptica de media naranja, la sacristía fue destinada al
servicio de los señores canónigos. Para su construcción se rompió parte
de la muralla en la cabecera de la catedral.
Los resultados de los estudios indican que se ha pintado en siete
ocasiones, si bien la más interesante y de mayor calidad es la primera
de ellas. En la restauración del interior de la bóveda y los muros,
además de sanearlos en profundidad, se ha tratado de recuperar el
detalle de los relieves y escudo y acercarse al aspecto cromático del
barroco.
El interior de la sacristía alberga cuatro grandes cajoneras
con sus correspondientes respaldares y una gran mesa central. Estos
elementos se realizaron para guardar todos los ornamentos, adornos
litúrgicos y vasos sagrados destinados al culto. Se ha podido
comprobar, además, que las técnicas de construcción de las cajoneras
actuales corresponden al siglo XIX, lo cual hace suponer que sustituyen
a una anterior del siglo XVIII. Los respaldares fueron elaborados con
anterioridad, en 1734, y corresponden al amueblamiento original barroco
de la sacristía.
Tras
la restauración del mobiliario de la sacristía, podemos volver a
disfrutar de la policromía original de los respaldares. Es la obra más
temprana y atrevida que encontramos en Álava en esta línea decorativa.
El color azul mezclado con los dibujos en tonos plateados y dorados son
los principales protagonistas del conjunto de escenas chinescas que
cubren los fustes de las columnas y los fondos.
Los respaldares se complementan con un conjunto pictórico compuesto por
un apostolado que va colocado entre las columnas, y que representan a
San Bartolomé, San Felipe, Santiago el Mayor, Santo Tomás, San Pablo,
San Mateo, San Juan, San Simón, San Pedro, San Pedro el Menor y San
Andrés. En las urnas centrales de cada uno de los cuatro respaldares se
cobijan también varias imágenes de San Antonio de Padua, San Vicente
Ferrer, un Crucificado pintado y San Juan Nepomuceno.
Otras piezas artísticas reseñables son los ocho medallones con los
padres y doctores de la iglesia. Se conserva asimismo, un reloj inglés
probablemente de mediados del siglo XVIII.