21/10/2011
Vitoria-Gasteiz, 21 de octubre de 2011.- La conversión de Santa María en catedral en abril 1862 y un siglo XX en el que tiene que convivir con otra en la ciudad es el argumento del tercer número del cómic ´Raíces de Piedra´. Editado en castellano, euskera, inglés y francés, se puede ya adquirir a un precio de 5 euros en el Centro de Acogida al Visitante y en la tienda de la Catedral de Santa María (C/ Las Escuelas, 11).
La Fundación Catedral Santa María ha presentado hoy el tercer número de ´Raíces de piedra´, un cómic que narra los orígenes y el crecimiento de la Catedral de Santa María. Este volumen, que al igual que los anteriores ha sido editado por la editorial Saure, cuenta con el guión de Joseba Gómez y las ilustraciones de Iñigo Sarasola. El asesoramiento ha corrido a cargo del Grupo de Investigación en Patrimonio Construido de la Universidad del País Vasco. Además, ha sido impreso en la imprenta de la Diputación Foral de Álava. Se han editado 500 ejemplares en castellano y 450 entre euskera, inglés y francés.
Tras un primer ejemplar que narraba el inicio de la construcción de la Catedral de Santa María y un segundo que acompañaba al templo desde que obtenía el rango de colegiata a finales del siglo XV hasta mediados del XIX, este tercer volumen se centra en un periodo de gran actividad en Santa María en el que Vitoria asiste a la construcción de una segunda catedral.
Un pavoroso incendio desatado el 20 de enero de 1856 en la torre de la Colegiata da inicio a una segunda mitad del siglo XIX con el arquitecto Martín Saracibar dirigiendo los trabajos para detener los alarmantes movimientos estructurales que amenazaban su estabilidad. Uno de los hitos llega el 28 de abril de 1862 con la conversión de Santa María en catedral. Al ser sede de la Diócesis adquiere un rango importante y Vitoria emprende una etapa crucial de desarrollo.
Sin embargo, con el nuevo siglo y los movimientos poblacionales fuera del Casco Histórico se decide la construcción de la concatedral de María Inmaculada, proceso que se ve interrumpido y reanudado en la década de los 40. Así se alcanza los años 60, con una actividad frenética en Santa María a cargo del arquitecto Manuel Lorente. Es en ese momento cuando se quitan los arcos del miedo de la nave principal y se colocan los tirantes metálicos en las naves laterales, o se suprimen los contrafuertes. Es ahora cuando se ha sabido que alguna de estas intervenciones, al contrario de lo que se creyó, no beneficiaron al edificio y reactivaron los movimientos.
El cómic finaliza en la década de los 90 con una catedral abandonada y dejando en el aire una pregunta: ¿conseguirá el olvido aquello que no lograron guerras e incendios anteriormente? Aunque visto el trabajo de los últimos años para devolver el esplendor al edificio, la respuesta parece sencilla.