2011/06/07 Ambas organizaciones se comprometen a difundir el proyecto y promocionar los programas de mecenazgo del templo entre sus asociados
Vitoria-Gasteiz, 7 de junio de 2011.- SEA Empresarios Alaveses y la Cámara de Comercio e Industria de Álava se han convertido en ´Mecenas - entidad amiga´ de la Catedral de Santa María. Ambas organizaciones han suscrito un convenio con la Fundación que gestiona el templo y se comprometen a difundir el proyecto y promocionar los diferentes programas de mecenazgo entre sus asociados. Esta colaboración se concreta en un convenio firmado por sus tres máximos representantes: el Diputado General de Álava, Xabier Agirre, en calidad de presidente del patronato de la Fundación Catedral Santa María, Juan José Azurmendi, presidente de SEA Empresarios Alaveses, y Gregorio Rojo, presidente de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Álava.
De esta forma, las empresas alavesas, representadas a través de sus dos principales organizaciones, expresan su apoyo al proyecto de recuperación del templo vitoriano de manera inequívoca. Asimismo, SEA y Cámara de Comercio se comprometen a promover la participación de sus asociados, en los programas de mecenazgo impulsados desde la Fundación.
La Fundación Catedral Santa María, por su parte, considera que ambas entidades representan a una parte importante de la sociedad alavesa y califica como "fundamental" su apoyo a uno de los proyectos más emblemáticos y con mayor proyección de la ciudad.
En este marco de colaboración, SEA Empresarios Alaveses celebrará este año su asamblea general en la Catedral.
El proceso de recuperación y restauración de la Catedral se ha convertido en un referente socio-cultural y de prestigio para la sociedad alavesa que aúna a su alrededor numerosos apoyos institucionales, empresariales e individuales. La filosofía de actuación simbolizada por el lema ´Abierto por Obras´, junto a la progresiva transformación de la catedral en un centro cultural, tiene como objetivo garantizar su futura conservación a través de su utilización en beneficio de la sociedad. Este hecho, unido a la cesión por parte del Obispado de la gestión de los espacios de uso no litúrgico por un período de treinta años, posibilita y avala la viabilidad de este planteamiento.